sábado, 23 de febrero de 2019

LA SILLA DEL ARTISTA


1 comentario:

BAV dijo...

D. Pedro mi enhorabuena por su arte y dedicación.
Adjunto este escrito con mi mejor cariño:
Estírate soldado y endereza tu cuerpo,
que viene hacia nosotros un militar retirado.
En su ropa de civil que ahora viste con desgano,
casi no puede captarse lo que en sí lleva guardado.
¡Qué emociones sentirá al llegar a nuestro lado,
si vistió nuestro uniforme casi 50 años…!

¡Qué de recuerdos tendrá de este cuartel legendario
que acuñó en sus mocedades, de muchachito soldado,
con las mismas ilusiones que nunca pasan de largo!

Junta el talón soldado, que estos militares de antaño
descubren cualquier falla al dar el primer vistazo.
Corrígete soldado y adopta la posición,
para que el militar retirado no te vea mal parado.

Mira… sus ojos se empañan cuando pasa saludando
y al izarse la bandera al son de nuestro himno patrio,
hace todo lo posible por mantenerse aplomado
y evitar que los mirones lo descubran sollozando.
Porque esta fe militar es una sola, muchacho,
que empieza de calcetines y acaba en el camposanto.
Poca cosa se consigue con vestirse de paisano,
si adentro la procesión sigue firme desfilando.
Saquen pecho los soldados como nunca lo han sacado;
muestren bien su gallardía, como jamás lo han mostrado,
que allí viene a la derecha, con su ropa de paisano,
un hombre que es un recuerdo de nuestras glorias de antaño.
Que prestigió al Ejército donde sirvió muchos años;
un hombre que luce un título que debiéramos grabarlo
con fuego en el alma con acento venerado
y que sólo en sus palabras dice resumen sagrado,
de la entrega de una vida, como fiel apostolado,
sin buscar otras conquistas que el honor de ser soldado.

¡Atención el Regimiento!, que allí llega, a nuestro lado,
un crisol de nuestra patria, un MILITAR RETIRADO