martes, 8 de julio de 2014

VIRGEN CON EL NIÑO Y SAN JUANITO

La Virgen con el Niño y san Juanito (en italiano, Madonna col Bambino e san Giovannino) es un cuadro pintado al temple sobre tela que mide 134 centímetros de alto y 92 cm. de ancho, realizado en el año 1495 por el pintor renacentista italiano Sandro Botticelli. Se conserva en la Galería Palatina del Palacio Pitti de Florencia.
Está caracterizada por un profundo sentimiento de tristeza entre las diversas figuras, con los ojos cerrados (la Virgen y el Niño) o entrecerrados (san Juan niño) y la patética proximidad de los rostros. María domina la composición, sosteniendo al Niño, que se abraza a san Juan Niño, reconocible por su báculo en forma de cruz.
La ambientación es mínima: hierba a los pies de las figuras y un rosal detrás de María, alusivo a su condición de rosa mística.
Las Madonas de Botticelli, como las que hizo Rafael, tienen un estilo propio que permite reconocerlas. Se caracterizan por su estado de ánimo serio, meditabundo. La relación entre la Madre y su Hijo es más intelectual que afectuosa.



SAN JUAN PABLO II

Juan Pablo II (en latín: Ioannes Paulus II), de nombre secular Karol Józef Wojtyła1 (Wadowice, Polonia, 18 de mayo de 1920 – Ciudad del Vaticano, 2 de abril de 2005), fue el 264.º papa de la Iglesia católica y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005.2

Tras haber sido obispo auxiliar (desde 1958) y arzobispo de Cracovia (desde 1962), se convirtió en el primer papa polaco de la historia, y en el primero no italiano desde 1523. Su pontificado de casi 27 años fue el tercero más largo en la historia de la Iglesia católica, después del de San Pedro, (se cree que entre 34 y 37 años, aunque su duración exacta es difícil de determinar), y el de Pío IX (31 años).

Juan Pablo II fue aclamado como uno de los líderes más influyentes del siglo XX.

LEDA Y EL CISNE


Leda y el cisne es el título de una obra perdida del pintor renacentista italiano Leonardo da Vinci, de la que se conservan distintos bocetos, copias, réplicas y otras versiones.

Representa a Leda, reina de Esparta y a Zeus, metamorfoseado en cisne; a los pies de Leda se encuentran los cascarones que ella ha puesto y de los que salen Helena, Clitemnestra y los dioscuros gemelos Cástor y Pólux. El estilo de Leonardo está muy bien reflejado. Parece ser el único desnudo femenino de sus obras; muestra el interés de Leonardo por la antigüedad grecolatina, acentuado tras su estancia en Roma entre 1513 y 1516.



martes, 29 de abril de 2014

PIEDAD


La Piedad (conocida en italiano como Compianto su Cristo morto), es un cuadro realizado por el pintor renacentista italiano Sandro Botticelli. Está ejecutado al temple sobre tabla. Fue pintado en 1495. Actualmente se conserva en el Museo Poldi Pezzoli de Milán (Italia).
Se cree que esta obra fue un encargo de Donato de Antonio Cioli, miniaturista de códices, para Santa María Maggiore de Florencia.

La estructura de este cuadro es piramidal, gracias a la acumulación de los personajes, representados muy juntos. Las figuras están conectadas muy estrechamente. Esta composición evoca la forma de una cruz, culminando en José de Arimatea, que muestra la corona de espinas y los clavos.
Las diversas expresiones de dolor acentúan el patetismo de esta obra. El punto de vista cercano aproxima al espectador a la escena.
En este Entierro se evidencia la influencia del cambio producido en Florencia como consecuencia de la caída de los Médicis y las predicaciones apocalípticas de Savonarola. Se recupera un tema propio de la pintura gótica, aunque actualizado conforme al estilo renacentista, evidente en las indumentarias y sus pliegues.


domingo, 16 de marzo de 2014

LAS TRES GRACIAS





 Las tres figuras de Rafael Sanzio simbolizarían las Hespérides, ofreciendo la eternidad a los afortunados elegidos. Las Gracias se insertan en el paisaje, iluminadas por un potente foco de luz que acentúa la belleza de sus cuerpos, cubierto el de la izquierda con un velo transparente, mientras que sus compañeras aparecen desnudas.

Las Gracias están inspiradas en las esculturas clásicas, y se presenta interpretando una danza, con la que Rafael incorpora el movimiento a la composición, alejándose del estatismo de la escuela de Umbría.

Destacar que ya se empieza a ver la in fluencia de Leonardo en la suavidad y dulzura que caracteriza a la obra.

La inspiración en la elección del tema pudo estar en los camafeos o medallas antiguas, y en las escenas mitológicas que Botticelli había pintado para los Medici.

CORDOBESAS


“Cordobesas" es una obra ejecutada en plena madurez de Julio Romero de Torres que representa magníficamente la estética que mejor le define. Según el investigador D. Luis Prieto Rojas, las mujeres de esta obra son: de perfil, la modelo Elisa Muñiz, conocida como la popular bailadora sevillana Amarantina, y tras ella Asunción Voue, famosa cantante de variedades. Aunque es cierto que las obras de madurez son una referencia "a la mujer morena, con los ojos de misterio y el alma llena de pena", no debemos, sin embargo reducirlas simplemente a la esfera de lo folklórico.

VIVA EL PELO

Lienzo pionero de las grandes obras que Romero de Torres realizaría al final de su vida. Se trata de un estudio de 1928, donde aparece parte de un perfil de una joven, con una espléndida mata de pelo recogida por un peinecillo en un voluminoso moño, que deja caer sobre su nuca.
En tan leve asunto, el artista condensa un caudal de sensibilidad, de proyección estética. El cuadro, constituye una de sus pequeñas obras maestras. La sensualidad que posee esta composición, simbiosis de pelo y la manzana que sostiene la modelo en su mano, es una de las notas características del estilo de Romero de Torres.


domingo, 12 de enero de 2014

FUENSANTA

En este cuadro de Julio Romero de Torres, para el cual posara María Teresa López, muestra a la joven sentada, en tres cuartos y la cabeza mirando directamente al espectador. En la parte superior izquierda se aprecia un caño del que brota agua, sugiriendo, quizá, que la mujer se ha sentado a reposar en su tarea de llenar el gran cántaro plateado, sobre el que apoya los brazos en actitud relajada. El foco se centra en la parte central del cuadro, resaltando la cara, brazos y torso de la modelo.

NARANJAS Y LIMONES

Esta obra  de Julio Romero de Torres, corresponde a 1927. Es la representación peculiar y muy personal del tradicional tema del bodegón.
A las naturalezas muertas, al bodegón frío de frutas y flores inexpresivas opone Romero de Torres esta representación de manera que mezcla el bodegón y la figura humana. La figura central es una mujer desnuda de medio cuerpo. La joven sostiene entre sus brazos unas naranjas sobre su pecho. La singularidad de Romero de Torres está, en darle a la fruta el valor de integrante protagonista del cuadro. La composición posee toda la sensualidad de los bodegones flamencos, pero además Romero de Torres aporta su original interpretación del tema con la participación del desnudo. La pieza rebosa sensualidad y erotismo y supuso una verdadera provocación para los círculos más reaccionarios de la sociedad del momento.


LA CHIQUITA PICONERA


Es este cuadro el auténtico testamento pictórico de Julio Romero de Torres, donde sintetiza toda su concepción de la pintura y del arte. Es un retrato lleno de madurez, hondura y sosiego.
La escena de este lienzo, se desenvuelve en el interior de una humilde habitación, donde una joven sentada en una silla de anea, se adelanta sobre un brasero de cobre, sosteniendo en sus manos una badila de metal. Una puerta abierta, deja ver al fondo, el paseo de la Ribera, el Río Guadalquivir, el Puente Romano y la Calahorra, todo bajo un cielo de anochecer. Sus acostumbrados fondos de luminosos atardeceres, se vuelven aquí oscuro anochecer, presagiando quizá  la vida del maestro que se apagaba.
Lienzo de técnica casi fotográfica en el tratamiento de los planos, donde la modelo mira penetrante, no al infinito como en la pintura clásica, sino de una forma directa y próxima, donde se encuentran todos los elementos fundamentales que definen la pintura de Romero de Torres: Córdoba envuelta en brumas, siempre distante y próxima; la belleza como ideal, reflejada en la mujer; la mezcla de ardor y frialdad; de dulzura y desencanto, de arcaísmo y modernidad; de nostalgia y presencia.