miércoles, 18 de julio de 2012

SACRIFICIO DE NOÉ

El sacrificio de Noé es una de las nueve escenas del Génesis que Miguel Ángel pintó al fresco en la bóveda de la Capilla Sixtina, datable entre 1508 y 1510. Noé, vestido con una túnica roja, se encuentra detrás de un altar cúbico que también es un fogón, con un orificio superior por donde salen llamas. Noé levanta la mano señalando al cielo, como agradecimiento a Dios. A su izquierda, una anciana (posiblemente su esposa), se vuelve hacia él, en actitud de decirle algo al oído. Una mujer joven, a la derecha de Noé, mete una rama en el fuego mientras evita mirar a las llamas y al carnero que está siendo sacrificado.
Un hombre, a la derecha, lleva en sus brazos una gran brazada de leña. A sus pies, un hombre desnudo está sentado a horcajadas sobre un carnero degollado, y se vuelve hacia su derecha para entregar las vísceras a otro para que las queme. Un segundo hombre desnudo se encuentra arrodillado y agachado para poder asomarse a un orificio delantero del altar desde el que se ve el interior del fogón. A la izquierda de la escena, en primer término, un tercer hombre desnudo, con notable esfuerzo, lleva hacia el sacrificio a un carnero, que se resiste. Detrás de él hay un toro, dos caballos y un elefante.
Como otras escenas centrales de la bóveda de la Capilla Sixtina, el recuadro está flanqueado por dos medallones (que, en monocromía que simula bronce, representan la Destrucción de Baal y la Muerte de Urías) y rodeado en sus cuatro esquinas por cuatro ignudi (figuras de jóvenes desnudos).

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