domingo, 27 de febrero de 2011
SIBILA PÉRSICA
En el compartimento presidido por la Creación del mundo encontramos a la Sibila Pérsica en un lateral y al Profeta Daniel en el otro. La sibila - sacerdotisa a quienes los antiguos atribuyeron un don profético; reciben el nombre de la hija de Dárdamo, la primera profetisa de la historia - ha sido interpretada por Miguel Ángel como una mujer anciana, afectada por la miopía y una significativa joroba, simbolizando así la vejez. Su postura está, si cabe, más escorzada que sus compañeros al acercarse en demasía el libro a la cara, creando un ritmo circular en la composición. Sus ayudantes quedan en la zona de sombra y son de los pocos que se cubren la desnudez con ropajes, repitiéndose en el Jeremías. Los vivos colores de los vestidos de la anciana otorgan una significativa luminosidad y alegría a la figura, resbalando la luz por los pliegues. Su estructura anatómica corresponde a un hombre hercúleo, siguiendo la norma escultórica tan admirada por Buonarroti.
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