lunes, 11 de octubre de 2010

SIBILA DÉLFICA

La figura está sentada, como las otras Sibilas y los profetas, sobre un trono de piedra o mármol, y entre dos pilares con dos columnillas de oro cada uno. En los pilares de mármol están pintadas esculturas simuladas de pequeños amorcillos desnudos. No obstante, aquí los amorcillos no se representan en línea, sino siguiendo una diagonal que lleva al interior del cuadro. Con este efecto logra separar la figura del fondo arquitectónico. Debajo de ella aparece su nombre en latín: DELPHICA.

La figura tiene el cuerpo girado hacia la izquierda, preocupada por desenrollar un pliego que contiene la profecía, con el brazo izquierdo doblado por delante. Sin embargo, la cabeza se gira hacia la derecha, con expresión de sorpresa, casi como si viera el advenimiento de Jesucristo que confirma la profecía. Este giro del cuerpo hacia un lado y la cabeza hacia otro es típico del Tondo Doni, pero aquí tiene aún más fuerza. Un manto azul y naranja le ciñe las espaldas y la túnica verde claro, mientras que en la cabeza tiene una tela azul. Es un colorido frío, que recuerda a una escultura de mármol policromado.

Como el resto de las pinturas de Miguel Ángel, la figura es escultórica, con estudio de la anatomía, aunque su complexión corresponden más al de un joven musculoso. La cara de la Sibila es muy similar al de las Madonnas que Miguel Ángel realizó en su juventud. Es probablemente la Sibila más joven y bella de las que se presentan en la bóveda.

Detrás de ella se encuentran 2 ángeles, uno de ellos mirando un libro que contiene, seguramente, alguna profecía de esta Sibila.

No hay comentarios: